Consiste en el seguimiento y control frecuente de un paciente mientras no se le diagnostica un tratamiento inmediato. Solo para cánceres de buen pronóstico y estadios precoces.
Este tratamiento se basa en la premisa de que los cánceres de próstata más precoces son tumores de crecimiento lento y permanecerán confinados a la próstata durante un período significativo de tiempo.
En este caso, el profesional lo controla de manera frecuente a través de chequeos regulares. Si surge un cambio negativo en los resultados de los exámenes médicos, entonces el médico hablará con el paciente sobre las opciones para cambiar de tratamiento.
Debido a que el cáncer de próstata a menudo crece muy lentamente, se recomienda este tratamiento también para pacientes de edad avanzada o con otros problemas graves de salud, cuya expectativa de vida es muy baja en el tiempo.

Como este tratamiento se basa en un seguimiento del paciente por medio de exámenes médicos, no tiene efectos secundarios. Sin embargo, hay que entender que a pesar de que la observación activa no implica un tratamiento real, el paciente sigue necesitando un seguimiento cercano por medio de visitas frecuentes al médico.