Preguntas Frecuentes

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Dependerá de las características clínicas, efectos secundarios y expectativas del paciente.

Si se trata de un paciente portador de un cáncer de alto riesgo, lo más recomendable es realizar una prostatectomía radical. En este escenario es necesario conocer lo más exactamente posible los parámetros patológicos, como por ejemplo el compromiso de ganglios linfáticos o una invasión extraprostática para poder planificar un tratamiento complementario adecuado.

Si se trata de un cáncer de bajo riesgo o intermedio, donde uno de los factores primordiales es la conservación de la potencia sexual, el tratamiento más recomendado es la braquiterapia de baja tasa.

En el seguimiento activo no existen efectos secundarios. Sin embargo, frecuentemente existe un alto nivel de ansiedad al constatar la presencia de un cáncer que potencialmente podría convertirse en un tumor invasivo.

En la prostatectomía radical es la disminución de la potencia sexual y la incontinencia urinaria.

En la radioterapia externa es el decaimiento y las molestias intestinales.

En la braquiterapia de baja tasa es la dificultad miccional transitoria.

Utilizando la cirugía tradicional (prostatectomía radical) se necesitan cerca de cinco semanas para volver a realizar una vida normal, en cambio los pacientes que se someten a implantes de semillas pueden retomar su actividad normal uno o dos días después.

La prostatectomía radical tiene una duración entre dos a cuatro horas. El paciente es hospitalizado de tres a cinco días y regresa a casa con una sonda urinaria por diez días.

La radioterapia externa tiene una duración entre siete a ocho semanas, con sesiones que duran aproximadamente 15 minutos.

La braquiterapia de baja tasa tiene una duración aproximada de una hora. Esta técnica de colocación de semillas es realizada de forma ambulatoria y el paciente regresa a su casa después de recuperarse de la anestesia. Algunos pacientes pueden pernoctar en la clínica y ser dados de alta a la mañana siguiente.

Con la braquiterapia de baja tasa para un cáncer de bajo riesgo la probabilidad de reaparición de la enfermedad es entre 2 a 10 % a los diez años. Con la prostatectomía radical es entre 10 a 25 % a los diez años, y con la radioterapia externa es entre un 20 a 30 % a los diez años.

La Braquiterapia LDR es ideal en pacientes con cáncer prostático localizado y también como “boost” para radioterapia y hormonoterapia. Es un tratamiento mínimamente invasivo que registra un control del cáncer igual o mejor que la cirugía radical, pero que garantiza una mejor calidad de vida por presentar menor morbilidad y menores complicaciones posteriores, tales como incontinencia e impotencia sexual.

Antes del implante se realiza una ecografía transrectal, la que determina el volumen, forma y posición de la próstata, así como también de los órganos adyacentes (Pre-plan). Con esta información se ejecuta una dosimetría con la cual se determina la cantidad y posición de semillas que se implantarán en la próstata. Durante el implante, bajo anestesia, se punciona la próstata con agujas cargadas con las fuentes radiactivas (semillas). Al mismo, con equipos de ecografía que procesan avanzados software de radioterapia y Rayos X se visualiza la próstata y las agujas con semillas cargadas con I-125 hasta el sitio exacto. Por lo general se implantan entre 100 a 120 semillas.